Violeta, El Aroma del Invierno
La violeta (Viola odorata); pertenece a la familia de las violáceas. Planta perenne, con hojas en forma de corazón, muy extendida por toda Europa, que prefiere los lugares que se encuentran en semisombra con cierto grado de humedad. Posee una pequeña flor de color violáceo con un olor muy agradable y característico.
Es una de las pocas flores que florecen en el invierno. Su floración comienza a primeros de noviembre llegando hasta finales de enero; llevando un ciclo contrario al resto de las flores.
Aguanta el frío y la nieve y es tan humilde, que la flor se esconde debajo de las hojas.
Representa el invierno, el recogimiento, el encuentro con el propio interior; el Espíritu.
Dentro de sus múltiples y variadas propiedades, cabe destacar todas las afecciones típicas de la estación invernal. Como por ejemplo: Posee acción expectorante; ayudando a eliminar mucosidad, limpiando las vías respiratorias. Alivia la tos, y mejora los síntomas de catarros, resfriados y gripes. Ayuda a bajar la fiebre, y también resulta eficaz en los casos de asma. Su acción suavizante mejora los problemas de gastritis, siendo también eficaz contra el estreñimiento. También posee un efecto diurético, por lo que elimina la retención de líquidos. Tiene un componente antiinflamatorio, ideal para las articulaciones y favorece la cicatrización de las heridas.
A nivel más vibracional, y como medicina del Alma, podemos añadir que su color violeta, color del chakra corona, es como una llamada de atención para que en esta época de invierno no perdamos la perspectiva para estar en Conexión con el Cosmos(de ahí su poder desintoxicante).
Una vez más, sólo tenemos que observar los ciclos de la Naturaleza, porque en ella todo es de sentido común. Violeta, a través de esa conexión hace que no perdamos el rumbo y la perspectiva.
De sus flores se elaboran unos caramelos llamados violetinas, cuyo sabor es uno de los más gratos, y que suelen apreciar especialmente las mujeres mayores.
También de ellas obtenemos un perfume muy especial, que ayuda a desarrollar la glándula pineal y la intuición, facilitando la percepción. Como aroma invernal, durante esta época de recogimiento espiritual, nos ayuda a ver los momentos en los que nos hemos sentido derrotados, y comprender el aprendizaje. Prepararnos para soltar todo lo que ya no nos sirve para nuestro crecimiento, y reactivarnos para el resurgimiento de la primavera.
Podemos utilizarla como perfume personal, en baños de sal, añadir unas gotas a nuestra crema corporal, y cómo no, en el humidificador de aromas que tengamos en nuestro hogar o lugar de trabajo. Así todos los que nos rodean, podrán beneficiarse de sus múltiples cualidades.
Mónica Ruiz.
Aromaterapeuta